Al parecer el problema en Detritus, el planeta de Spensa va creciendo cual orquídea.
Y es que, al principio los humanos temían de la amenaza Krell pero pronto descubren que en realidad hay más amenazas de las que pensaban inicialmente.
Spensa, ya tiene suficiente con los krells y con su nueva recién descubierta habilidad nueva. Ella puede oír las comunicaciones, puede sentir las estrellas.
Esta habilidad única para su gente, es aquella que puede condenarlos o salvarlos. Todos sus ancestros han escrito que hay que tener cuidado con los citónicos. Y bueno, el padre de Spensa era citónico y a él le sobreescribieron en su mente para que se volviera un traidor.
En este libro casi toda la acción la lleva Spensa y su nave M-Bot que la acompañará, la irritará y la protegerá cuándo ella lo necesite.
Porque Spensa está convencida que puede dar otro hipersalto a su voluntad, lo que podría significar acercarse a los krells, y ayudar a su planeta que sigue atrapado.